lunes, 30 de noviembre de 2009

¿...He muerto?


Frío, demasiado frío. ¿Por qué siento tanto frío? no lo entiendo. Por mucho que me tape, tengo frío. El bello que recubre mi cuerpo se eriza por momentos. El sudor frío me hiela cada vez más. Mi madre posa su mano en mi cara y la aparta repentinamente.

- Estás más fría que un témpano - me dice.

Empiezo a tiritar más notablemente, jadeo. Sigo sin entender por qué. Mamá... ¿por qué me miras con esos ojos tan tristes?¿Por qué lloras ahora? No lo entiendo. Mamá, no te vayas. Cada vez te veo menos, mi vista se nubla. Empiezo a quedarme sin aire. Me entra el sueño, mis párpados se van cerrando. ¿Qué me pasa? No lo sé. Ya no recuerdo como he llegado hasta aquí. Oigo un agudo "Piiii" y he dejado de ver. Ahora me siento más desorientada, ¿qué es este lugar? Y.... ¿quién eres tú?.
- Yo soy tú - me contesta mi reflejo - ¿te acuerdas de mí?
Sigo sin entender nada, ¿me estoy hablando a mí misma?
- Hace muchos años que no nos veíamos, pero pronto estaremos juntas... para siempre. Al menos, te dejaré despedirte.
De repente despierto de mi ilusión. Ahora se donde me encuentro. Una sala blanca en donde sólo puedo mirar al techo. Varias vías conectadas a mis venas impiden que me mueva. Estoy sola en esta habitación. Dirijo mi vista hacia el cristal que hay en la pared, en donde veo a mis padres llorar desconsoladamente. ¿Por qué tanta tristeza? Acaso... ¿pasa algo que yo no sepa? Intento decir algo pero de mis labios sólo se puede oir un suspiro. Con todos las fuerzas que me aún me quedan puedo musitar un "Adiós..." Siento fuertes pinchazos en el pecho, como si fueran puñaladas. En un instante dejo "este mundo" para ir, a donde ahora es mi realidad.

No hay comentarios: